¿Y tú de qué te quejas?
Había una vez un bebé que cuando lloraba era abrazado, alimentado y cuidado… Y aún seguimos ahí tratando de cubrir nuestras necesidades lloriqueando. Esos aspectos nuestros que son inmaduros, lloriquean y se quejan como niños buscando ser amados, buscando una solución fuera que nunca llega porque ya no está mamá que conocía cada uno de nuestros llantos. Una pena si, se estaba a gustito en la cuna pero ya que mami dejo sus funciones no vayas buscando en todo a la mami.
Comienza a escuchar tu mantra, esa letanía que repites cada día y a todo el que se te ponga por delante. Quizás haya más de una, no estaría demás hacerte una listita para comprobar cuál es la que más se repite, si guardan relación unas con otras, si te quejas del mundo o de ti mismo/a, si son quejas físicas o emocionales.
La queja es una identificación, una interpretación personal que el ego hace de todo cuanto ocurre y en la que este, es el centro y los acontecimientos su alimento que le permite engordar más y más, creando una realidad que le dé identidad permaneciendo así en un mundo particular en el que no tienen cabida otras realidades. No aporta nada, atrae más de lo mismo y es una pérdida de tiempo.
Observa tus necesidades, hazte el propósito de hacerte cargo de ellas y de pagar el precio necesario para cambiar ese molesto mantra que ahora tienes. Vivir en la queja es muy fácil, salir de ella requiere de un esfuerzo un poco costoso pero que aportará paz a tu vida y la libertad de saber que no son las circunstancias las que te gobiernan si no las elecciones de pensamientos que haces tú mismo/a.
Si la queja es una necesidad no satisfecha veamos que parte de ti tiene esa necesidad:
- El cuerpo, tiene hábitos muy pesados… me duele, que frio, que calor, que molesto, no me gusta, etc. Todo lo que captan los sentidos son interpretados negativamente, rechazando hasta si amanece nublado o con sol.
- Las emociones se enfocan en la insatisfacción, nos convertimos en victimas de todo lo que hacen los demás y nos chantajeamos o chantajeamos a los demás para no salir de ese victimismo que a falta de otra conciencia más productiva me da al menos conciencia de mi mismo/a.
- La mente y sus expectativas son las que se quejan de un mundo que está mal hecho, política, religión, sociedad o tu comunidad de vecinos, qué más da, lo importante es que las cosas cambien pero en las que no estás dispuesto/a a participar para que cambien, porque si cambian de que te vas a quejar.
Cuando sabes que parte de ti se queja tendrás mas posibilidad de atender sus necesidades, si es tu cuerpo quizás necesites más ejercicio, mejor alimentación, más descanso u organizar mejor tus quehaceres.
Cuando son tus emociones puede que necesites que alguien te escuche o te ayude en alguna cosa, pero en lugar de quejarte aprende a pedir lo que necesitas sin chantajes.
Si es tu mente la que anda enredada en cambios, enfócate en la resolución alejándote de la queja y recuerda que la solución parte de ti, no andes esperando que el mundo cambie para ti.
Para resumir sigue estos puntos:
- No te tomes nada personalmente.
- Para el mantra.
- No te sumes a las quejas colectivas, empatiza pero no simpatices.
- Júntate con personas constructivas.
- Agradece lo que tienes.
- Perdona el pasado.
- Se paciente con los cambios.
- Ve las dificultades como oportunidades.
- Acepta el momento presente.
Y recuerda lo que dice un proverbio árabe, “yo me quejaba de que no tenía zapatos hasta que vi a un hombre que no tenía pies”.
Con mucha Luz.
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